Las estadísticas sobre violencia de género en España siguen arrojando cifras alarmantes, que demuestran que es un problema estructura. Al inasumible número de mujeres asesinadas hay que sumar el aumento de las actitudes machistas entre adolescentes, un dato más que preocupante. El Consejo de la Juventud de España, en su compromiso con la igualdad de género, condena toda manifestación violenta del hombre sobre la mujer y subraya que el acoso, la humillación y el control también son formas de violencia.
Las relaciones de pareja se basan en el amor, en igualdad, en respeto no en el poder del uno sobre la otra. Es preciso incidir en la sensibilización para revertir la estadística actual: en torno al 25% de las jóvenes asegura que su novio la vigila.
La edad de las víctimas (entre 14 y 17 años) las convierten en un grupo especialmente vulnerable ante la violencia machista. Los profesionales consideran como explicación que muchos adolescentes siguen aceptando el modelo patriarcal tradicional. En sus casas mandan sus padres y, por lo tanto, ellos sienten que deben controlar a su pareja.
Esta educación machista predispone a las mujeres a sufrirla porque les impide identificar las señales del maltrato. Hay que cambiar esa imagen de chico atractivo
y malote que no les deja identificar la situación por la que están pasando.
Lo curioso es que nuestros jóvenes distinguen que esa conducta no está bien. En una encuesta realizada en 2017 a más de 1.400 personas de entre 12 y 17 años en distintas comunidades autónomas por la ONG Mujeres en Igualdad, más de un 90% supo reconocer los casos de violencia de género presentados. Ocho de cada diez chicas encuestadas aseguraban no haberla sufrido nunca, pero de ellas, un 20% al mismo tiempo admitía haber sido víctima de algún comportamiento machista.
Asimismo, las nuevas formas de comunicación en la era tecnológica, como las redes sociales, facilitan a los maltratadores ejercer violencia hacia sus víctimas mediante un mayor anonimato y continuidad en el tiempo debido a la capacidad de difusión de ciertos mensajes e imágenes, la repetición de estos y la viralidad.
Debido a los casos de acoso y maltrato mediante las nuevas tecnologías el Instituto Andaluz de la Mujer ha publicado la «Guía para madres y padres con hijas adolescentes que sufren violencia de género», que pone en aviso a los padres ante las señales de alarma para detectar situaciones de abuso y, que se encuentra disponible en la web de la Junta de Andalucía.
Pero también es muy importante que las adolescentes tengan en cuenta una serie de indicios a la hora de detectar si son víctimas. Aquí también tienen un papel esencial las familias que deben apoyar en todo momento a las víctimas. Pero en la mayoría de estos casos no cuentan que están pasando por esta situación, por lo que es esencial estar pendientes si se da algún síntoma de malos tratos como los que se detallan a continuación:
Asimismo, se ha realizado un estudio por parte del INJUVE en el que se analiza la situación del maltrato en los jóvenes y la visión que tienen sobre la violencia contra las mujeres.
Las formas de control se adaptan a los nuevos tiempos y a las nuevas tecnologías, que no paran de evolucionar. Los adolescentes que ejercen violencia de género ven en las redes sociales un riesgo de perder el dominio sobre sus parejas, por ello no dudan en emplearlas herramienta para seguir teniendo ese poder, para amenazar y ejercer ese maltrato.
Algunos ejemplos de ese control a través de las redes sociales son:
¿Qué suben?
A veces los adolescentes no son conscientes de las consecuencias que puede tener publicar material inapropiado en la red. Es necesario que se sientan acompañados y ayudados en una toma de decisiones responsable y segura en cuanto a las publicaciones que realizan y para ello es fundamental su entorno más cercano, en especial, sus familias. La educación a nivel digital es fundamental.
Es necesario que tomen conciencia de que lo que se publica en la red deja de pertenecerles y pierden el control sobre ello, por mucho que se arrepientan después de haber compartido ese material.
Las redes sociales tienen un botón de denuncia de la publicación que puede resultar muy útil para mostrar nuestra disconformidad ante una determinada situación. No obstante, si se quiere plantear una denuncia ante las autoridades competentes, también es fundamental guardar pruebas del acoso al que están sometidas antes de solicitar la eliminación de las redes.
No podemos juzgar a las víctimas, quienes deben sentirse en todo momento apoyadas y comprendidas.